Historia de Ushuaia
Su población aborigen constituida por Onas o Selkman y Yáganes o Yamanas.
Los Selkman u Onas, eran esencialmente cazadores terrestres y recolectores nómades, que habitaban gran parte de la Isla de Tierra del Fuego, desde las planicies próximas al estrecho de Magallanes, hasta el área comprendida entre el río Grande y las vecindades del canal Beagle.
A su tierra le daban el nombre de Karukinka.
Cada grupo Selkmam ó Selk´nam ocupaba un distrito territorial llamado haruwen (tierra), en los cuales vivían grupos ligados por parentesco y con límites geográficos preestablecidos, que debían ser respetados por sus vecinos para mantener una buena convivencia. En cada territorio, sus habitantes tenían derecho a cazar, recolectar frutos silvestres, establecer sus lugares de campamento y realizar todas las actividades necesarias para preservar la subsistencia del grupo.
Los Selk’nam del norte de la isla, se dedicaban preferentemente a la caza del guanaco y del coruro (variedad de roedor), completando su dieta con aves, zorros, algunos frutos silvestres y productos de origen marino.
Sus viviendas estaban constituidas por toldos ligeros en forma de paravientos semicirculares, construidos con varas de madera cubiertas por pieles de guanaco, o bien chozas cónicas confeccionadas con ramas de arbustos, matorrales y pasto. Los del sur de la isla, cazaban sobretodo el guanaco y complementaban la alimentación con aves, zorros y variados productos del mar. Habitaban en verdaderas cabañas de forma cónica construidas con troncos de madera, rellenando los espacios entre los troncos con varas delgadas, líquenes y musgos.
La vestimenta estaba constituida por largas capas de piel de guanaco, o bien con piel de coruro, utilizando además mocasines de piel de guanaco y los cazadores completaban su atuendo con el kóschel, un tocado triangular en piel del mismo animal, al que se daba una connotación mágica porque se pensaba que favorecía la cacería del guanaco.
La caza tanto del guanaco como del zorro estaba reservada a los hombres, para lo cual utilizaban el arco y la flecha, valiéndose además de perros para acosar o perseguir a la presa.
Las aves eran capturadas mediante el uso de trampas con lazos corredizos o con garrote.
En la zona costera recolectaban moluscos, y eventualmente usaban rudimentarios arpones para obtener peces en restinga y efectuar la caza de algún lobo marino.
La mujer se dedicaba preferentemente a las actividades propias de la vivienda y los niños, la preparación de los cueros y la cestería, además de la recolección de productos vegetales, moluscos y arponeo de peces.
La permanencia del grupo en un campamento era sólo temporal, variando por lo general desde unos pocos días hasta algunas semanas, por lo cual las mujeres debían encargarse del traslado de todos los enseres domésticos y de los niños cada vez que se cambiaba el lugar de asentamiento.
Los selk’nam poseían un mundo de creencias muy rico expresado a través de sus mitos, leyendas y ceremonias sociales que reflejaban una cosmovisión muy particular.
Luego del contacto con los aborígenes, referido por Antonio Pigafetta en sus crónicas del viaje de Magallanes, el primer contacto directo conocido corresponde a la expedición de Pedro Sarmiento de Gamboa durante su primer viaje al estrecho de Magallanes en 1580. En esa ocasión los españoles encontraron a un grupo de naturales en las inmediaciones de bahía Gente Grande, oportunidad en cual, los navegantes sostuvieron un enfrentamiento como consecuencia de haber tomado cautivo a un aborigen.
Los siglos posteriores fueron testigos de una relación entre europeos y aborígenes que continuó en forma intermitente por el paso de navegantes de distintas nacionalidades, debido al interés exploratorio, comercial y de carácter científico que subsitó en Europa el estrecho de Magallanes. Finalmente, esta relación culminó con el inicio de la colonización moderna del territorio fueguino en las últimas décadas del siglo XIX.
Se estima que hacia 1881, la población selk´nam alcanzaba alrededor de 2.500 habitantes.
El impacto de la acción colonizadora ocasionó la rápida extinción de esta etnia, que en pocas décadas se vio reducida a un pequeño grupo, con escasas posibilidades de supervivencia.
Al comenzar el siglo XX no quedaban más que unos centenares de sobrevivientes dispersos por los bosques meridionales o bien amparados por las misiones salesianas y por la familia Bridges. En la primer década del siglo los sacerdotes salesianos estimaban que los remanentes de la población indígena no superaban las 350 personas, cifra que continuó descendiendo hasta finalizar el siglo XX con la muerte Lola Kiepia el 9 de octubre de 1966 y Angela Loij, considerada una de las últimas selk´nam que conservaban la lengua de origen, quien fallece en 1974.
Los Yamanas o yáganes, ocuparon ambas márgenes del Canal de Beagle y canales adyacentes hasta el cabo de Hornos, habitando la zona litoral marítima, cazaban fundamentalmente lobos marinos siendo una de sus principales fuentes de alimentación. Su contextura física era de torso ancho y largo en contraste con sus extremidades inferiores.
Durante las incursiones de audaces navegantes europeos a partir del siglo XIX, los yamanas, son sorprendidos por el bergantín Beagle, surcando las aguas del canal, al que posteriormente, se daría el nombre de la citada nave, iniciándose así los primeros contactos con el hombre blanco.
Luego de más de 6.000 años de vida en la zona, los habitantes más australes de la tierra comienzan a recibir expedicionarios europeos, etapa en la que se entremezclan naufragios y pequeños combates, con matanzas de lobos marinos que van deteriorando la vida de los nativos fueguinos.
A partir de 1881 se inició la explotación del oro en el territorio. Los mineros establecidos en el norte de la isla, no tardaron en tomar contacto con los selk’nam, causándoles reiterados vejámenes, tales como la apropiación forzada de sus mujeres e incluso el asesinato de hombres con la consiguiente reacción violenta de los aborígenes.
Interesados en la explotación, arribaron a la isla distintas personas entre las cuales podemos mencionar un interesante personaje que fue el Ingeniero Rumano Julio Popper, quien en sus juventudes había recorrido ya diversos lugares del mundo, arribando a la Argentina en el año 1885, para trasladarse a Tierra del Fuego en donde se instaló en el paraje El Páramo en 1888.
Dicho paraje esta ubicado al norte de la isla y allí el Ingeniero se dedicó a explotar la riqueza aurífera de las costas fueguinas, logrando éxito, poder y influencia en la zona, llegando a acuñar su propia moneda, un sello postal y creando un pequeño ejército particular, sobre el modelo prusiano.
En 1871 se hace definitiva la instalación de la Misión Anglicana a cargo del reverendo Thomas Bridges, en las inmediaciones del actual aeropuerto de Ushuaia.
El 18 de Junio de 1872, nace en Ushuaia, Tomás Despard Bridges, el primer niño blanco fueguino.
En el mes de septiembre de 1884, recala la división expedicionaria al Atlántico Sur de la Armada Argentina, comandada por el Comodoro Augusto Laserre, con el propósito de instalar una sub-prefectura
Por decreto presidencial, el 27 de Junio de 1885, Ushuaia es designada capital y asiento de la gobernación de Tierra del Fuego.
Comienza la llegada de pioneros, atraídos tal vez por los comentarios acerca de la existencia de oro en Tierra del Fuego.
Sin embargo una idea preocupa al Gobierno de la Nación, el interés en lograr la radicación definitiva de pobladores en este suelo.
Es así que tomando como referencia la política de países como Francia e Inglaterra, el Gobierno Argentino vislumbra la posibilidad de instalar un presidio en el archipiélago fueguino. Varios fueron los intentos, hasta que se instala una prisión militar en la Isla de los Estados, siendo posteriormente trasladada a Bahía Golondrina, en las inmediaciones de Ushuaia, en 1902. Paralelamente se coloca la piedra fundamental del edificio que aún hoy se puede observar y que albergó presos comunes, militares, y en alguna ocasión políticos, hasta el mismísimo Carlos Gardel paso por el mismo
Esta institución que desde 1911 fue Presidio y Cárcel de Reincidentes de Tierra del Fuego significó, en la historia de la ciudad, un hito que marcó su perfil durante la primera mitad del siglo.
A principios de siglo el pequeño poblado vio con agrado la llegada de algunas familias de diferentes orígenes, croatas, españoles, libaneses, lituanos etc., los que por diversos motivos vinieron a Tierra del Fuego. Algunos, una vez finalizadas sus tareas decidieron radicarse y no regresaron a su país de origen.
En 1947, el gobierno de la Nación decide cerrar la cárcel y la totalidad de las instalaciones son adquiridas por el Ministerio de Marina, creando en 1950 la Base Naval Ushuaia Almirante Berisso.